Ekaterina Khalikova, una modelo rusa que se destaca no solo por su elegancia natural y carisma, sino también por su fascinante elección de arte corporal. Su espalda, un lienzo de piel impecable, está adornada con tatuajes japoneses intrincados y bellamente detallados que cuentan historias de tradición, cultura y belleza.
Nacida y criada en Rusia, Ekaterina siempre tuvo un profundo aprecio por las artes y las diferentes culturas del mundo. Desde temprana edad, mostró interés por el arte tradicional japonés, especialmente por el irezumi, el estilo clásico de tatuaje japonés que ha sido practicado durante siglos. Este interés se transformó en una pasión que eventualmente llevaría a Ekaterina a transformar su propia piel en una obra de arte viviente.
Lo que hace única a Ekaterina es su capacidad para fusionar su herencia rusa con su amor por la cultura japonesa. Los tatuajes que adornan su espalda no son simples decoraciones; son representaciones cuidadosamente seleccionadas de símbolos y mitos japoneses. Dragones majestuosos, flores de cerezo en plena floración y máscaras de oni son solo algunos de los elementos que componen su impresionante galería personal.